La inteligencia artificial (IA) es ya uno de los principales actores en el mundo laboral y empresarial, y pese a que ya está presente en buena parte de los centros de trabajo, su impacto en los próximos años genera una gran incertidumbre. Algunos de los empresarios más relevantes del sector, como Jensen Huang, CEO de Nvidia, creen que esta tecnología generará más puestos de trabajo y con mejores condiciones. Sin embargo, son muchos los analistas que creen que buena parte de los empleos serán reemplazables por la IA, pudiendo acabar con los puestos de alrededor del 50% de los trabajadores.

Unas previsiones a las que ya ha puesto cifras el Fondo Monetario Internacional (FMI), que calcula que alrededor del 60% de los empleos en economías desarrolladas y el 40% en los países emergentes están expuestos a la irrupción de la inteligencia artificial. Esto podría traducirse, según el Foro Económico Mundial, en que cuatro de cada diez empresas reduzca su plantilla en los próximos cinco años automatizando esos puestos de trabajo.

José María Camarero, autor de 'Gana dinero invirtiendo desde 1 euro' y periodista económico, vaticina que "va a haber destrucción de una parte de los puestos de trabajo, como con la irrupción de todas las tecnologías, pero no va a ser generalizada".

No hay "shock" laboral tras tres años con la IA

No obstante, no todos los datos apuntan a esa catástrofe para los trabajadores. Según un análisis publicado este mes de octubre por la Universidad de Yale, la inteligencia artificial aún no ha tenido ningún impacto en la destrucción de empleo.

Tras analizar mes a mes la evolución del mercado laboral estadounidense desde noviembre de 2022, fecha en la que se lanzó ChatGPT, este informe concluye que no se ha experimentado ningún "shock" provocado por la IA generativa. "Los titulares más alarmistas no se corresponden con los datos reales. Lo que vemos es estabilidad, no disrupción", indica dicho análisis.

De hecho, según el informe de Yale, el cambio en el mix de empleos tres años después de la generalización del uso de la IA ha alcanzado un máximo del 4,75%, es decir, no supone en ningún caso un cambio mayor al que supuso la llegada de la informatización en 1984 o la popularización de internet en la década de 1990. Es más, el número de trabajos altamente expuestos a la IA se mantendría intacto en el 18% desde 2022.

La educación española reacciona

Pese a que el impacto de la IA no ha supuesto ningún caos en el mercado laboral hasta el momento, todas las instituciones y empresas coinciden en que es necesario adaptar el sistema educativo a las necesidades requeridas por la tecnología.

En la actualidad, apenas un 2% de los más de 7.000 títulos universitarios ofertados en España están relacionados con la inteligencia artificial, según el Barómetro IndesIA, y están localizados principalmente en Madrid y Cataluña, que agrupan el 59% de los grados y el 45% de los másteres relacionados con esta tecnología. De igual modo, nueve de cada diez trabajadores de los 6.700 profesionales que trabajan en empresas de inteligencia artificial trabajan en Madrid y Cataluña, lo que podría profundizar la brecha territorial en España.

Por ello, el Gobierno de España ha reaccionado a través del Plan Nacional de Competencias Digitales, que prevé invertir más de 3.000 millones de euros entre 2025 y 2026 para fomentar la formación tecnológica tanto en el ámbito educativo como de aquellos que ya están activos en el mundo laboral.

Ante esta situación, José María Camarero reclama aplicar cambios profundos en el sistema educativo. "Hay que introducir una serie de materias sobre tecnología en la educación primaria y secundaria y fomentar las carreras que van a ser más demandadas por el mercado laboral del futuro", argumenta el periodista.