La organización ambientalista Grenpeace México detalló que detectó esta situación pese a que las autoridades mexicanas descartaron riesgos en dos zonas marinas de Veracruz. Por ello, pidieron un mayor esfuerzo para determinar las dimensiones reales de estas estructuras y protegerlas. Para hallar estas especies se utilizó la técnica sonar de barrido, con un sumergible tripulado por dos personas y otros métodos como el uso de drones, durante el pasado mayo a bordo del barco “Artic Sunrise”.

Se analizó una superficie de 10,04 millones de metros cuadrados, revisaron 4.125 fotografías y 341 videos con una duración superior a los 1.866 minutos. “En los sitios muestreados se registraron comunidades ecológicas típicas de zonas mesofóticas, compuestas por octocorales, mejor conocidos como corales blandos, corales negros, esponjas e hidrozoarios”, se señala en el informe.

Entre los peces de importancia comercial se hallaron a siete especies como la sphyraena barracuda, lachnolaimus maximus, y el denominado pez león, una especie exótica invasora que se registra por primera vez en las profundidades de las aguas de Veracruz. Jacobo Santander Monzalvo, del Colectivo Interdisciplinario de Ciencia Aplicada y Derecho Ambiental (CICADA) , destacó que un punto positivo fue que no se encontró la presencia de basura en profundidades de entre 50 y 80 metros, donde realizaron los estudios.

También dijo que la cantidad de especies aún puede ser mayor porque la muestra tiene una suficiencia de entre 60 % y 80 %. Pablo Ramírez, especialista de energía y cambio climático de Greenpeace, denunció la opacidad alrededor de la obra, pues se clasificó como seguridad nacional y su información, incluida su manifestación de impacto ambiental, está reservada y no es pública.

Precisó que, si bien el proyecto no ha recibido la aprobación de las autoridades competentes, representa un peligro para la costa de Veracruz, por lo que no descartó que Greenpeace tome medidas tras el aval para iniciar su desarrollo. Entre las acciones que analiza Greenpeace está un amparo judicial para frenar la obra energética que pretende transportar 1.300 millones de pies cúbicos por día de gas natural desde Coatzacoalcos, en Veracruz, hasta Paraíso, en Tabasco.

Asimismo, replantear las zonas protegidas para salvaguardar las especies en peligro de extinción. Ramírez aseveró que el gasoducto no es indispensable porque "no es necesario seguir anclados al gas estadounidense” y porque existe la capacidad para iniciar una transición energética hacia un modelo de fuente renovables.