Hasta ahora se observaba que la capacidad de especies avícolas para innovar en distintos aspectos les ayudaba a prevalecer, e incluso, a aumentar los números de sus poblaciones de forma considerable.
Sin embargo, una nueva investigación que se ha centrado en gran parte de los estudios sobre la alimentación de las aves y su evolución desde 1960 explica de forma cuantitativa el acierto sobre este punto. Esto se debe a que la capacidad de adaptación e innovación en las aves es lo que les permite sobrevivir, incluso ante situaciones muy adversas.
De esta manera, se explican también los motivos que han llevado a muchas especies a entrar en la Lista roja de animales amenazados. De hecho, cuanto mayor es la capacidad de innovación de la especie, menor sería su riesgo de extinción.
No obstante, la caza masiva o intensiva se convertía en un factor de riesgo determinante a la hora de presentar este estudio. Ya que supone que especies de todo tipo, como loros, ballenas o primates, con gran capacidad para modificar sus hábitos e innovar se encuentren en riesgo.
En cuanto a las innovaciones más extendidas, aparece la inclusión de nuevas presas a las dietas o el aprovechamiento de distintos recursos. De esta forma destaca la garza blanca, que se alimenta de gorriones en Brasil, o el cuervo, capaz de encontrar alimento en los vertederos.
Además, destaca también la capacidad de algunas especies de sustituir su tipo de comida en épocas más complicadas, e incluso, cambiar drásticamente su alimentación. Así, el buitre del Himalaya puede soportar la ausencia de carroña alimentándose de hojas de pino.