La fuerte sequía que perdura en Australia desde el año pasado ha hecho que se sequen muchos ríos donde viven los ornitorrincos, según el informe del Centro de Estudios de los Ecosistemas de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW).

Por otro lado, el estudio calcula que en el marco de las actuales condiciones climáticas, de la tala de árboles y de la fragmentación de los diques, la población de este animal se reducirá entre un 47 y un 66% en los próximos cincuenta años.

A pesar de estas predicciones, muchas jurisdicciones australianas no han incluido al ornitorrinco en ninguna lista, salvo el estado de Australia del Sur, que ha calificado a la especie como en peligro de extinción.

Richard Kingsford, director del Centro para la Ciencia de los Ecosistemas de la UNSW, ha señalado que al vivir en áreas en donde la expansión humana y urbana han crecido mucho en las últimas décadas, sus ecosistemas se han puesto en peligro y, por consiguiente, su existencia.

Entre las actividades humanas que más deterioran su hábitat son: la construcción de presas, la agricultura, los equipos de pesca y las trampas para crustáceos, según Kingsford.

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