"Lo que quieren hacer es extraer minerales de los fondos marinos: cobalto, níquel y manganeso. Se utilizan para la fabricación de coches, dispositivos electrónicos y turbinas de aerogeneradores", señala Marta.

Para extraer estos minerales hay que bajar unas máquinas enormes a esta profundidad y lo que hacen es que remueven todos el fondo marino a su paso. Destruyen todos los ecosistemas y la biodiversidad que existe en ellos, unos impactos irreversibles sobre la tierra. Por un lado estaría el cambio climático, porque los fondos marinos captan el CO2 de la atmósfera en las profundidades marinas. Lleva millones de años capturado, si se remueve se puede liberar otra vez a la atmósfera. Por otro lado, impactaría sobre el sector pesquero y sobre los peces porque esta extracción genera unas nubes de sedimento en el océano que lo que provoca es que se perturben las poblaciones de peces y que los pescadores tengas mayores dificultades para pescarlos". Treinta especies de ballenas se verían afectadas por esta práctica y que los ruidos que generan las máquinas, no las permitirían comunicarse con sus crías.

Tratado de los Océanos
Tratado de los Océanos | Sinc

Los ecosistemas marinos son muy desconocidos y hay mucha biodiversidad que todavía no conocemos, la destrucción de algunas especies que podrían generar recursos para producir fármacos y salvarnos la vida en el futuro. "Muchas de ellas las vamos a destruir antes de siquiera conocerlas", explica.

Las empresas están interesadas en estos minerales para enriquecerse. Sin embargo ciertas industrias han afirmado que evitarán usar minerales que vengan de los fondos marinos y que se niegan a este tipo de industrias por lo dañinas que son. "Lo que hay que tener en cuenta es que hay soluciones. No necesitamos seguir extrayendo recursos de los fondos marinos y de la tierra porque hay otras opciones, como por ejemplo hacer un uso responsable de los dispositivos electrónicos. No podemos estar cambiando de teléfono cada vez que sale uno nuevo ni comprarnos vehículos cada 4 años", dice.

Sin embargo, el cambio hacia vehículos eléctricos no es una ayuda, ya que seguiría habiendo demasiados vehículos a nivel mundial. La clave es reutilizar para hacer dispositivos nuevos. Entre EEUU, la Unión Europea y Japón, hay tantos recursos almacenados con cada persona hay más que en la propia tierra para extraerlos.