Lo que ocurre durante los primeros 1000 días de vida de un bebé es esencial ya que repercutirá en su vida según los expertos. 

Por ello, los expertos insisten en que desde que el bebé se encuentra en el viente materno y hasta que cumple los 2 años de vida, constituye una oportunidad única para construir las bases de la salud futura del pequeño.

Durante esa etapa, el niño crece, tanto de peso como de estatura, se desarrolla, completamente, sus sistema inmunoloógico y se desarrolla hasta un 80% sus capacidades cognitivas.

Los expertos explican que la genética muchas veces influye en que un niño pueda desarrollar obesidad pero, la alimentación, es clave. 

Durante el embarazo, la madre debe seguir una alimentación variada  y equilibrada con los nutrientes necesarios tanto para ella como para el bebé. 

Desde el nacimiento del bebé y hasta los 6 meses es muy recomendable que el bebé se alimente con leche materna ya que aporta todos loa nutrientes que el pequeño necesita. 

A partir de los 6 meses es el momento de crear hábitos de vida saludables. La leche constituye aún el 50% del total de las calorías de la dieta del día pero se aconseja introducir un alimento nuevo cada dos o tres días para valorar cómo el niño lo va tolerando.