El cerebro elige la opción alimenticia que más energía tiene, por eso los alimentos con más calorías son los preferidos de todo el mundo. Esto lo explica un estudio de la Fundación Champalimaud, Portugal, publicado por Albino Oliveira-Maia en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology'.

Cuando comemos el cerebro recibe señales con la información energética de ese alimento. Hay personas con obesidad muestran alteraciones en las zonas del cerebro que liberan dopamina, por lo que la alimentación puede verse afectada, entrando en una dinámica de recompensa con la comida.

Para realizar el estudio, han analizado un grupo grande de personas sanas y han comparado las preferencia alimenticias de tres grupos: once personas con obesidad, 23 pacientes que se han hecho una cirugía bariátrica (con la que pierdes peso) y 27 personas no obesas. Todos ellos tomaron un yogur bajo en grasa endulzado con y sin maltodextrina, que es un carbohidrato que le aporta calorías. Se lo tomaron de forma alternada en casa y los tres tomaron más yogur con el carbohidrato que sin él.

Durante la investigación, también utilizaron un marcaje con yodo radiactivo y tomografía computarizada por emisión de fotón único que permite ver los receptores de dopamina en el cerebro, y observaron que las personas obesas tienen menos disponibilidad de receptores de dopamina que los no obesos. Lo que han asociado con una alimentación más restringida.

Por lo tanto, es posible que los cambios cerebrales producidos por la alimentación puedan cambiar después de una cirugía bariátrica, que afecta a la cantidad de alimentos pero no a los tipos de alimentos preferidos. Los investigadores consideran que "es importante destacar que esta conducta se mantuvo en pacientes con obesidad y después de la cirugía de pérdida de peso, a pesar de que existían diferencias importantes en su sistema dopaminérgico cerebral".