Un ensayo clínico internacional de fase 3, en el que ha participado el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, ha demostrado que este medicamento reduce de media un 11 % del peso corporal en personas con obesidad y mejora factores de riesgo cardiovascular.
Los resultados, publicados en The New England Journal of Medicine y presentados en el Congreso Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Viena, sitúan al orforglipron como una alternativa prometedora frente a los tratamientos actuales.
Resultados del estudio
El ensayo siguió durante 72 semanas a 3.100 personas con obesidad pero sin diabetes, procedentes de nueve países. Todos los participantes tenían un índice de masa corporal superior a 30 kg/m² y complicaciones asociadas como hipertensión, enfermedades cardiovasculares o apnea del sueño.
Los pacientes recibieron aleatoriamente diferentes dosis de orforglipron o un placebo, en cápsulas diarias combinadas con recomendaciones de dieta saludable y ejercicio físico. Con la dosis más alta, la pérdida media fue del 11,2% del peso corporal. Más de la mitad de los pacientes perdió al menos un 10% y casi un 18% llegó a reducirlo más de un 20%.
Además de la pérdida de peso, se observaron mejoras significativas en la presión arterial, el perímetro de cintura y los niveles de triglicéridos y colesterol, todos ellos factores de riesgo para la salud cardiovascular.
La doctora Andreea Ciudin, coordinadora de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad de Vall d’Hebron y única autora europea del estudio, subraya que el valor del fármaco no está solo en la cantidad de kilos perdidos, sino en el tipo de peso reducido. “Tres cuartas partes de lo perdido es grasa, mientras que el resto corresponde a masa libre de grasa, como músculo u otros tejidos”, destaca.
Ventajas de la vía oral
El orforglipron pertenece a la familia de los medicamentos que actúan sobre el receptor GLP-1, clave en la regulación del apetito y el metabolismo. Hasta ahora, la mayoría de estos fármacos eran inyectables porque sus moléculas, al ser proteínas, se degradaban en el estómago.
Existen excepciones, como la semaglutida oral, pero su administración exige condiciones estrictas (tomarla en ayunas y esperar media hora antes de comer). El orforglipron, en cambio, no es una molécula peptídica y mantiene su eficacia en el estómago, lo que permite tomarlo en cápsula sin requisitos especiales.
Pese a los resultados positivos, Ciudin recuerda que la obesidad es una enfermedad crónica y no puede abordarse con tratamientos cortos o con fines estéticos. “Las tandas de medicación solo para la operación bikini o para una boda son mala praxis. La obesidad requiere tratamiento de por vida, supervisado por un especialista, y debe acompañarse siempre de cambios en el estilo de vida y, en muchos casos, apoyo psicológico”, advierte.
Hacia una nueva etapa
El orforglipron iniciará en los próximos meses los procesos regulatorios necesarios para su aprobación. Si se confirma su autorización, podría marcar un antes y un después en la estrategia contra la obesidad, al facilitar el acceso a un tratamiento eficaz y cómodo para miles de pacientes en todo el mundo.
El avance supone un paso más hacia un abordaje integral de la obesidad, en el que la investigación farmacológica se combina con hábitos saludables para garantizar no solo la pérdida de peso, sino también la mejora de la salud a largo plazo.