Para saber hacia dónde encaminarse, el Gobierno inglés ha lanzado una consulta para recopilar diferentes puntos de vista sobre el proyecto, que incluye también la edad en la que la prohibición debería aplicarse.

Las bebidas energéticas, además de contener una gran cantidad de cafeína, tienen altos niveles de azúcar y su consumo se relaciona con la posibilidad de padecer obesidad y con otros problemas de salud.

La prohibición se aplicaría a las bebidas que contienen 150 miligramos de cafeína por litro y no está dirigida a todo el territorio inglés. Escocia, Gales e Irlanda del Norte pueden establecer sus propias políticas.

Esta alerta ha salido a la luz debido a que los adolescentes británicos consumen alrededor de un 50% más de bebidas energéticas que sus homólogos europeos.

Algunos vendedores ya restringen la venta de bebidas energéticas a niños menores de 16 años. Además, en abril de 2018, Reino Unido implantó un impuesto diferenciado dirigido a los refrescos.