En 2016, una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres en todo el mundo no alcanzaban los niveles recomendados de actividad física para mantenerse saludables. Esos niveles son: al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de actividad intensa a la semana.

Los niveles globales de actividad física se mantiene similares desde 2001, según el estudio publicado en 'The Lancet Global Health'.

Las tasas más altas de sedentarismo en adultos, en ese año, se registraron en lugares como Kuwait, Samoa Americana, Arabia Saudí e Irak, donde más de la mitad de los adultos no realizaban suficiente ejercicio para proteger su salud.

El sedentarismo es uno de los principales factores de muerte prematura en todo el mundo dado que incrementa el riesgo de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.

Mediante el ejercicio físico se pueden lograr un mejor estado de salud muscular y cardiorrespiratorio, una mejor salud ósea, un mayor control de peso y un menor riesgo de hipertensión, cardiopatías, ataques de apoplejía, diabetes, depresión y varios tipos de cáncer.

El estudio, que revela que los bajos niveles de actividad física predominan en países de altos ingresos, señala que dichos niveles incrementaron un 5% entre 2001 y 2016 en los estados con mayor PIB.