Esta temperatura se halla 2,2 grados por encima de lo normal para esta época del año, aunque, inciden desde Aemet, todavía hay recorrido para que el mar se siga calentando más debido a que el valor máximo se suele registrar a mediados de agosto.

Y es que, se han superado ampliamente los registros de los dos años previamente más cálidos, cuando en 2015 se registraron 24 grados y en 2022 se llegó a 23,7 grados.

En las últimas horas, cabe destacar el récord en puntos del levante y de las Islas Baleares, donde se han superado los 28 grados, y en la zona de Alborán, donde las aguas se encuentran entre 3 y 4 grados por encima de lo normal.

Océano Global

El conjunto del océano global también se ve afectado por este calentamiento, que en junio experimentó las temperaturas más altas que cualquier junio anterior, según datos del sistema de vigilancia europeo Copernicus, quien ha calificado las olas de calor marinas registradas las últimas semanas alrededor de Irlanda, el Reino Unido y el Mar Báltico como extremas.

El problema del calentamiento de las aguas marinas podría alargarse en el tiempo y Copernicus advierte de que las temperaturas para el trimestre agosto-septiembre-octubre serán aún más cálidas de lo normal en prácticamente la totalidad de las tierras emergidas del planeta.

Con el grosor de hielo más bajo nunca visto, el océano Antártico y el Atlántico, sobre todo en su parte norte, también están sufriendo las consecuencias de este problema que supone un alto riesgo de impacto en los ecosistemas.

Atlántico Norte

Unas aguas más cálidas en el Atlántico Norte propician una evaporación más fácil y rápida, lo que contribuye a que las tormentas oceánicas se conviertan en sistemas de mayor tamaño e intensidad, con lluvias más intensas, más inundaciones y rachas fuertes de vientos, entre otros impactos, sobre la Península.

Los factores que pueden explicar este extraño fenómeno de calentamiento marino en las aguas atlánticas son, por un lado, los derivados del cambio climático, entre los que resalta una circulación atmosférica anómala para la época, el debilitamiento del anticiclón de las Azores y emisiones de gases de efecto invernadero y, por otro, el fenómeno de El Niño.

El Niño

Declarado oficialmente por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), El Niño puede estar en parte detrás del calentamiento del Atlántico, pues se trata de un fenómeno natural por el que la superficie oceánica del Pacífico central y oriental alcanza temperaturas superiores a lo normal cerca del ecuador, con efectos más allá de la zona de ocurrencia.

Además, junto al incremento de las temperaturas en el Atlántico Norte, se suman otras circunstancias, como diversas fuentes de calentamiento irregular procedentes de zonas marinas del oeste de las Islas Británicas, sureste de Groenlandia, Cantábrico y un área entre las Canarias y Madeira.

Hay que recordar que los océanos son el mayor sumidero de carbono del planeta, y llegar a absorber un tercio de las emisiones de dióxido de carbono y un 90% del exceso de calor generado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Sin embargo, en este punto, aunque se parasen las emisiones de GEI, los océanos seguirían calentándose durante decenas de años, lo que conduciría a un proceso de aumento de las temperaturas aún mayor para llegar a final de este siglo, con océanos mucho más cálidos.