Las playas españolas pierden superficie y arena a un ritmo que despierta creciente preocupación. El informe Destrucción a toda costa 2025: Impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral analiza la situación de la costa peninsular e insular y concluye que la combinación de urbanización en primera línea, infraestructuras que alteran la dinámica litoral y el calentamiento global está reduciendo de forma significativa la capacidad natural de las playas para regenerarse y resistir los temporales.
Factores que erosionan la costa
Entre las causas identificadas destacan:
- Subida del nivel del mar, resultado del deshielo de glaciares y casquetes polares, así como de la expansión térmica del agua al calentarse.
- Erosión natural, intensificada por la presión humana sobre el litoral.
- Construcción de puertos, diques y paseos marítimos, que interrumpen el transporte natural de sedimentos e impiden que la arena se deposite de forma natural.
Menor defensa frente a temporales
En condiciones normales, el oleaje transporta y devuelve arena en un ciclo equilibrado. Pero cuando se producen temporales, las playas necesitan espacio y volumen de arena para amortiguar el impacto y reconstruir su perfil.
El informe advierte que esa capacidad de defensa está disminuyendo de forma notable, justo en un escenario en el que se prevé un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos extremos, como las DANAS.
Cada centímetro del mar, un metro menos de playa
Uno de los datos más preocupantes del estudio es que por cada centímetro que sube el nivel del mar, se pierde aproximadamente un metro de playa. Estos cambios son muy lentos de revertir, lo que hace que gran parte de la pérdida sea prácticamente irreversible a escala humana.
La situación es especialmente grave en el Mediterráneo, cuyas aguas se calientan un 67 % más rápido que la media global. Desde noviembre del pasado año, la región soporta una ola de calor marina continuada, con impactos directos sobre los ecosistemas costeros y la estabilidad de las playas.
El desarrollo urbanístico en primera línea reduce el margen que necesitan las playas para retroceder de manera natural y adaptarse a los cambios en la línea de costa. Como consecuencia, la erosión avanza y los daños materiales y ambientales se incrementan.
Propuestas para frenar la pérdida
El informe plantea medidas urgentes para proteger y conservar el litoral:
- Reducir las emisiones y abandonar progresivamente el uso de combustibles fósiles para frenar el calentamiento global.
- Proteger y restaurar la costa mediante soluciones naturales y sostenibles, limitando el uso de cemento y ladrillo en los primeros 100 metros desde la orilla.
- Utilizar de forma adecuada la información existente para evitar nuevas construcciones en zonas con riesgo de inundación.
- Revisar el modelo turístico para reducir su impacto sobre el litoral.
- Elaborar y hacer públicos planes de adaptación a la pérdida de playas, con estrategias claras para proteger tanto a la población como a los ecosistemas.
La advertencia es clara: sin cambios inmediatos en la gestión costera y en las políticas de adaptación al cambio climático, muchas playas de España podrían desaparecer antes de que termine el siglo. Y cada metro de arena que se pierda hoy será extremadamente difícil de recuperar en el futuro.