El estudio de la Universidad de Monash, que analiza los niveles de mortalidad y contaminación de PM 2,5 en más de 13.000 ciudades y pueblos de todo el mundo en las dos décadas hasta 2019, se publica en 'The Lancet Planetary Health'. Hasta la fecha, la mayoría de los estudios se han centrado en los impactos en la salud de vivir en ciudades donde los niveles de contaminación son consistentemente altos, ignorando los frecuentes "picos" de contaminación que pueden afectar áreas urbanas más pequeñas y que ocurren, por ejemplo, incendios paisajísticos, polvo y otras emisiones extremas intermitentes de aire. Por ello, este nuevo estudio es importante porque es el primero en analizar la exposición a corto plazo a nivel mundial, en lugar de los impactos a largo plazo de la exposición persistente, como en el caso de las personas que viven en ciudades con altos niveles de contaminación.

Contaminación en el cielo de Madrid
Contaminación en el cielo de Madrid | Sinc

Los investigadores descubrieron que respirar PM 2,5 incluso durante unas pocas horas, y hasta unos pocos días, provoca más de un millón de muertes prematuras en todo el mundo cada año, particularmente en Asia y Africa, y más de una quinta parte (22,74%) de ocurrieron en zonas urbanas. Los autores añaden que debido a la alta densidad de población en las áreas urbanas junto con los altos niveles de contaminación del aire, comprender la carga de mortalidad asociada con la exposición a corto plazo a PM 2,5 en dichas áreas es crucial para mitigar los efectos negativos de la contaminación del aire en las zonas urbanas de población. Según el estudio, Asia representó aproximadamente el 65,2% de la mortalidad mundial debido a la exposición a corto plazo a PM 2,5; Africa 17,0%; Europa 12,1%; las Américas 5,6% y Oceanía 0,1%.

Tubo de escape echando humo
Tubo de escape echando humo | Centímetros Cúbicos

De esta forma, la carga de mortalidad fue mayor en áreas pobladas y altamente contaminadas en Asia oriental, Asia meridional y Africa occidental, y la fracción de muertes atribuibles a la exposición a corto plazo a PM 2,5 en Asia oriental fue más de un 50% mayor que el promedio mundial. El estudio recomienda que, donde la salud se ve más afectada por la contaminación atmosférica aguda, la implementación de intervenciones específicas (como sistemas de alerta de contaminación del aire y planes de evacuación comunitaria) para evitar la exposición transitoria a altas concentraciones de PM 2,5 podría mitigar sus graves daños a la salud.