El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) señalan que reducir la contaminación acústica y del aire; crear zonas verdes; y modificar el diseño de ciudades, la edificación de viviendas y de zonas laborales contribuye a reducir los impactos del cambio climático y a mejorar la salud física, mental y emocional de los ciudadanos. Para el futuro próximo y lejano, el objetivo es formar espacios urbanos cada vez más naturales.

Hoy día, más de la mitad de la población mundial (alrededor de 4.400 millones de habitantes) reside en zonas urbanas de todo el mundo. Unas cifras que podrían ser más del doble en 2050, para cuando se estima que 7 de cada 10 personas apostarán aún más por las grandes urbes. Esta actual y futura situación supone la necesidad de "renaturalizar" los miles de edificios y ciudades, con más materiales e iluminación naturales en las construcciones, zonas verdes...

Recientemente, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) se han unido para conseguir ciudades más cercanas a la naturaleza y con menores impactos asociados al calentamiento global."Es muy importante que aunemos esfuerzos porque la salud no solamente viene determinada por la biología humana o la genética (…). Cada vez hay más evidencia científica de que hay elementos externos que condicionan nuestro estado físico y psíquico", cuenta la vicepresidenta del CGCOM, María Isabel Moya.

Para estas organizaciones, se trata principalmente de reducir la contaminación acústica y del aire, mejorar la calidad del agua, reducir el efecto invernadero, etc. Asimismo, señalan al diseño de las ciudades, la edificación de las viviendas y espacios laborales como algunos de los principales componentes externos que afectan a la salud humana.

Por ello, recomiendan construir las viviendas con materiales naturales que no desprendan elementos tóxicos o que generen alergias; con una buena ventilación para asegurar una buena calidad del aire y priorizando la iluminación natural.

María Isabel establece como prioridad diseñar las ciudades de tal manera que no presenten "déficit de zonas verdes" y tráficos excesivos favoreciendo así la contaminación del aire y acústica. "Contribuiríamos también a reducir los impactos del cambio climático, como el aumento de desastres naturales o de brotes de patógenos emergentes", añade la doctora Moya.

En este diseño y planificación urbana cabe destacar la importancia de los espacios verdes para producir "relaciones sociales", mejorar la calidad del aire y generar hábitos diferentes en el ciudadano, por ejemplo para hacer deporte o caminar hacia el trabajo. "Hay que recuperar para el ciudadano espacios que durante muchos años han estado destinados al coche, debemos humanizar las ciudades", ha aseverado la presidenta del CSCAE, Marta Vall-llossera.

Por último, también resulta relevante la rehabilitación integral de edificios de cara a la contaminación y tráfico ya que en España hay más de 25 millones de viviendas construidas antes de que hubiera normativa alguna sobre aislamiento o consumo energético y emisiones. Mejoras que deben hacerse de forma específica para cada uno con el fin de que no pierdan su identidad y se rompa el vínculo emocional con el lugar que habitamos.