La explosión de la inteligencia artificial generativa ha revivido y consolidado una preocupación que circula en la red desde hace años: la teoría de la“internet muerta”. Esta plantea un escenario donde el contenido sintético, creado por algoritmos, supera en volumen y presencia al contenido auténtico, generado por humanos. Más allá de si esta proporción ya se ha cruzado, el verdadero debate se centra en cómo este fenómeno afecta nuestra experiencia digital, la confianza y el futuro de la digitalización sostenible.

Distintos estudios de tráfico web han señalado que un porcentaje considerable de la actividad en línea no es humana. El estudio de la empresa de seguridad Imperva publicado hace dos años ya calculaba que casi la mitad de todo el tráfico de internet era realizado por bots. La IA generativa agrava esto, al permitir la creación de textos, imágenes e interacciones complejas a una escala que ninguna persona o grupo humano podría igualar.

La inteligencia artificial es capaz de crear cantidades masivas de cuentas y contenido. El peligro no solo reside en la desinformación directa, sino en cómo el gran volumen y el número de seguidores(falsos o reales) otorgan una legitimidad artificial a estas fuentes sintéticas, dificultando al usuario distinguir la autoría humana.

El impacto en la confianza y la"paradoja de la susceptibilidad"

El contenido sintético no es solo una cuestión de volumen, sino de influencia. Los modelos avanzados de IA no solo saben crear mensajes, sino también cómo optimizarlos para su máxima difusión y efectividad.

Surge un desafío de autenticidad a raíz de la proliferación de contenido indistinguible, que obliga a los usuarios a preguntarse constantemente: ¿estoy interactuando con una persona o un algoritmo? Esta fricción en la confianza puede erosionar la conversación y el debate en los espacios digitales.

Por otro lado, las investigaciones hanidentificado la"paradoja de la susceptibilidad": los amigos o contactos de un usuario suelen ser, en promedio, más influenciables que el propio titular de la cuenta. La IA, al analizar esta estructura de red y el comportamiento de los contactos, puede predecir con precisión qué contenido se hará viral y quién es más propenso a compartirlo. Esto la convierte en una poderosa herramienta para la viralización automatizada y selectiva, centrando el foco en la predicción de la influencia.

La conexión con la digitalización sostenible

Mientras que la digitalización sostenible busca ser responsable, segura y universal, la teoría del“internet muerto” plantea un serio interrogante sobre la sostenibilidad de nuestro ecosistema informativo. Esta no se limita a la huella de carbono de los centros de datos, sino que abarca la sostenibilidad cognitiva y social. Un internet saturado de contenido automatizado puede llevar a la fatiga informativa y a la disminución de la capacidad crítica del usuario, obstaculizando así el desarrollo de una ciudadanía digital activa y consciente.

Además, esto impacta la sostenibilidad de la inclusión y la brecha digital, ya que la manipulación algorítmica y la desinformación masiva, si no se regulan o se comprenden, tienen el potencial de polarizar aún más a la sociedad y exacerbar la brecha digital, no solo en el acceso a la tecnología, sino en la comprensión crítica de la información.

Para construir un futuro digital verdaderamente sostenible, los expertos sugieren que la solución debe involucrar de manera ética a la IA, al usuario, a los desarrolladores y a la sociedad, garantizando ante todo que no se manipule al usuario para fines ajenos a su interés ni limite indebidamente su libertad.

¿Está realmente la“internet muerta”?

La"internet muerta" no es una profecía apocalíptica, sino una llamada de atención para reevaluar la calidad y la autenticidad de la información que consumimos y producimos. El camino hacia una digitalización sostenible pasa por la conciencia del usuario, la transparencia de los desarrolladores y la promoción de un entorno digital donde el contenido humano, la autenticidad y la verdad sigan siendo la moneda de mayor valor.