La Generación Z, acostumbrada a estar siempre conectada, parece estar dando un paso atrás para reaprender el arte de desconectar. El barebacking, que consiste en desplazarse en transporte público o incluso caminando sin auriculares ni dispositivos móviles, se ha convertido en una tendencia que desafía el uso constante del móvil y los auriculares durante los trayectos.
Este fenómeno ha ganado popularidad a través de las redes sociales, donde jóvenes comparten sus experiencias y cómo este hábito les permite apreciar detalles del entorno que antes pasaban desapercibidos. No es solo un acto de rebeldía frente a la dependencia digital, sino una forma consciente de vivir el presente.
Una oportunidad para vivir el momento
El barebacking ofrece un espacio para la reflexión, para observar a las personas, para notar el paisaje y experimentar el silencio. En un mundo donde la multitarea digital parece inevitable, alejarse temporalmente de la tecnología resulta beneficioso para la salud mental.
En una entrevista para LadBible, la coach Danni Haig afirma que esta tendencia de dejar el teléfono y los auriculares a un lado no representa aburrimiento sino“un momento para recuperar la atención y crear espacio para pensar”. Caminar o desplazarse sin auriculares también mejora la atención plena, lo que en psicología se conoce como mindfulness.
Además, el barebacking puede promover una mayor interacción social, pues al no estar sumergidos en los auriculares, las personas pueden prestar atención a quienes los rodean y quizás entablar conversaciones que de otro modo no surgirían.
¿Una moda pasajera o un cambio de hábito?
Aunque algunos lo vean como una tendencia pasajera, otros consideran que el barebacking refleja un cambio cultural importante. La Generación Z parece buscar un equilibrio entre la digitalización y la necesidad humana básica de conexión real y tangible.
Este fenómeno abre la puerta a cuestionar cómo usamos la tecnología y a valorar momentos simples que antes pasaban desapercibidos. En tiempos en los que el estrés y la saturación digital aumentan, iniciativas como esta pueden ser clave para recuperar el bienestar y la conexión con el entorno.
En definitiva, el barebacking no es solo una tendencia curiosa, sino una invitación a desacelerar, a desconectar para reconectar, y a redescubrir el mundo que nos rodea sin la mediación constante de las pantallas. Una práctica que, aunque pequeña, puede traer grandes beneficios para quienes decidan adoptarla.