Según el experto, no solo la bollería, chucherías y refrescos incorporan cantidades excesivas de azúcar, sino que también existen "productos que parecen ser saludables como los lácteos o los panes, pero presentan lo que se conoce como azúcar oculto". Este tipo de azúcar no resulta evidente a primera vista, pero al examinar la lista de ingredientes se puede detectar su alta presencia. Fernández Cruz ha subrayado dos factores clave a considerar: la cantidad de azúcar presente en el alimento y la frecuencia con que lo consumimos.

"Cuando vemos que hay un alimento que, por cada cien gramos, tiene un 10% de azúcar, o sea, más de diez gramos, ya tendríamos que estar planteándonos si la frecuencia puede ser habitual", ha manifestado el nutricionista. Por ello, aconseja revisar detenidamente las etiquetas para comprobar el porcentaje de azúcar por cada 100 gramos y evaluar la frecuencia de consumo, ya que "igual por un consumo puntual no tenemos que estar tan pendientes".

Los tres tipos de azúcar que debes conocer

Fernández Cruz ha explicado que existen tres categorías de azúcar. En primer lugar, está el azúcar intrínseco que forma parte de la matriz alimentaria y que nuestro organismo debe liberar a través de el proceso digestivo, presente en frutas, verduras como la calabaza o los cereales integrales.

En segundo lugar, encontramos el azúcar liberado en procesos donde ya se ha extraído previamente, ahorrándole a nuestro cuerpo el trabajo de digerirlo. Este tipo está presente en la miel, zumos de frutas y smoothies. Por último, el azúcar añadido es aquel que no está presente de forma natural en ningún alimento y se incorpora durante el proceso industrial de elaboración.

A los especialistas en nutrición les preocupan especialmente los dos últimos tipos: el añadido (presente en todos los alimentos ultraprocesados) y el liberado, que constituye parte de ese "azúcar oculto" del que muchas personas no son conscientes cuando lo consumen, incluso considerándolo parte de un alimento saludable. Estos alimentos con "azúcar oculto", son el pan de molde, la miel o las salsas industriales.

El riesgo de los zumos y smoothies

Respecto a los zumos, el experto advierte de que aunque "siempre los vemos que, como proceden de una fruta, son saludables", en realidad pasan por un proceso que aumenta su contenido de azúcar y elimina la fibra. Esto provoca que estemos ofreciendo a nuestro organismo el azúcar "en una bandeja de plata para que nuestro metabolismo empiece a funcionar".

"Cuando nosotros absorbemos una cantidad de ese azúcar libre, o añadido, que está muy disponible, nuestro cuerpo lo metaboliza rápidamente y empieza a funcionar todo el mecanismo de la insulina; empezamos a tener peligro", ha manifestado. Si esa ingesta es alta, puede causar un daño hepático en forma de hígado graso, una patología cuya prevalencia está ascendiendo de forma significativa.

Esta situación resulta especialmente preocupante en la población infantil, "ya que estamos predisponiendo a nuestro cuerpo a que pueda padecer enfermedades crónicas". Con los alimentos que contienen azúcar libre, como los smoothies o batidos, "lo que estamos haciendo es liberar de esa matriz alimentaria el azúcar", por lo que incorporarlos habitualmente a la dieta no aporta beneficios si no van acompañados de alimentos ricos en fibra.

Efectos del exceso de azúcar en nuestro organismo

El experto ha advertido que cuando consumimos cantidades excesivas de azúcar, "notamos un aumento de los ciclos de comida", lo que significa que tras las comidas volvemos a sentir hambre con mayor rapidez. Aunque el azúcar no se considera una droga en sentido estricto, activa los mecanismos de recompensa cerebrales, liberando dopamina y creando una sensación de satisfacción que puede ser adictiva.

Esto puede derivar en periodos de hambre más frecuentes y, como consecuencia, provocar un aumento de peso, problemas dentales y resistencia a la insulina, que puede desembocar en diabetes tipo 2. El problema, según Fernández Cruz, está en la "facilidad de acceso a información" que nos bombardea con mensajes contradictorios sobre alimentos supuestamente saludables que en realidad no deberían consumirse con frecuencia.

Productos como zumos o 'smoothies' no son recomendables para un consumo diario, lo que causa una gran preocupación entre los nutricionistas "porque hace que se introduzcan alimentos que pueden tener efecto a largo plazo como la diabetes". El experto concluye que "si lo unimos a que no estamos activos tenemos una bomba de relojería" para nuestra salud.