Las frutas y verduras ricas en agua son aliadas clave para mantener una hidratación adecuada, especialmente en verano. La época estival es un momento en el que las pérdidas hídricas aumentan significativamente a través del sudor.

Además del agua que se bebe, lo que se come también puede contribuir, y mucho, a la hidratación. Productos como la sandía, el melón, el pepino, el tomate, la lechuga, la fresa o el calabacín superan el 90% de contenido hídrico y son una fuente excelente de líquidos, electrolitos y nutrientes esenciales.

Estos alimentos no sólo hidratan, sino que también aportan fibra, vitaminas como la C, la A o el ácido fólico, y antioxidantes naturales que ayudan a proteger frente al daño oxidativo y a reforzar el sistema inmunológico. En situaciones de altas temperaturas o durante la práctica de ejercicio, su consumo puede marcar una diferencia clave en la prevención de golpes de calor, fatiga o calambres.

“La fruta y la verdura actúan como un complemento ideal al agua, sobre todo porque muchas veces nos cuesta beber la cantidad necesaria”, explica Uxía Rodríguez, vicepresidenta segunda del CGCODN y presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Galicia. “Son especialmente útiles en personas mayores, niños y deportistas, que tienen más riesgo de deshidratación”, añade.

Cómo incorporar más alimentos hidratantes al día

Una de las formas más efectivas de reforzar la hidratación a través de la alimentación es incluir frutas y verduras frescas a lo largo del día. Ensaladas variadas, gazpachos, brochetas de fruta o smoothies naturales son opciones prácticas y apetecibles, sobre todo si se sirven fríos. También se puede recurrir a aguas saborizadas con rodajas de pepino, cítricos o trozos de sandía para aumentar la sensación de frescor y variedad.

“La clave está en hacerlo fácil y atractivo. Preparaciones sencillas y bien presentadas facilitan mucho el consumo, sobre todo en el caso de los niños o en personas mayores que a veces no sienten tanta sed”, señala Rodríguez.

El CGCODN recuerda que la recomendación general es tomar al menos cinco raciones de frutas y verduras al día, repartidas entre comidas principales, tentempiés o postres. En días de calor extremo, esa cifra puede y debe aumentarse, siempre acompañada de una correcta ingesta de agua.

Otro de los errores frecuentes, según los expertos, es esperar a tener sed para beber. Tampoco conviene confiar en bebidas azucaradas, con cafeína o alcohólicas, que en muchos casos pueden aumentar la pérdida de líquidos. Mantener una hidratación adecuada pasa por una combinación inteligente entre líquidos y alimentos frescos, especialmente en verano.

La hidratación, por tanto, no depende solo del vaso de agua. También está en el plato y puede ser tan variada, refrescante y sabrosa como se desee.