Un grupo de investigadores ha publicado un estudio en la revista Cell Reportsdonde afirma que es mejor consumir las proteínas que ayudan a construir y fortalecer los músculos en el momento del desayuno.

Estas sustancias están compuestas por aminoácidos y resultan un componente esencial en la dieta porque favorecen la reparación del organismo, así como el crecimiento de los músculos esqueléticos, que son los que nos permiten movernos.

La clave para conseguir un crecimiento apropiado, reside, por tanto, en consumir la cantidad correcta de proteínas en el momento adecuado del día. Esto recibe el nombre de “crononutrición”, donde el qué y el cómo resultan tan importantes como el momento del día en que se come.

Esto es así debido al ritmo circadiano del cuerpo, es decir, su reloj biológico interno. Todas las células del cuerpo siguen este ritmo, que controla funciones vitales tales como el metabolismo, el crecimiento, la digestión o la absorción de proteínas.

A fin de conocer la relación existente entre el momento del día en que se consumen proteínas y su efecto en el crecimiento y función de los músculos, científicos de la Universidad de Waseda, en Japón, dirigidos por Shigenobu Shibata, realizaron una investigación.

Para realizar el estudio, utilizaron ratones de laboratorio, a los que alimentaron con dos comidas al día, ricas en proteínas (11,5% en proporción) o bajas en ellas (8,5% en proporción).

Como resultado, las proteínas ingeridas en el desayuno favorecieron el crecimiento muscular en mayor medida que las proteínas ingeridas por la noche. Esto se comprobó evaluando la hipertrofia inducida del músculo plantar de la pierna.

Más concretamente, el crecimiento del músculo en los ratones que habían consumido un 8,5% de proteínas en el desayuno fue un 17% mayor que los ratones que habían consumido un 11,5% de proteínas en la cena.

Por otro lado, los investigadores descubrieron que el consumo a primera hora del día de una proteína denominada BBCA (abreviatura de aminoácidos de cadena ramificada), favorecía el crecimiento de los músculos esqueléticos.

En relación con los posibles efectos de las proteínassobre el funcionamiento del ritmo circadiano, los científicos crearon ratones mutantes de cuerpo entero, Clock19, o ratones del músculo Bmal1, sin los genes que controlan el reloj biológico.

Así, repitieron los experimentos de ingesta de proteínas en este tipo de ratones, donde no se observó un cambio muscular, de manera que la implicación del ritmo circadiano en el crecimiento muscular debido a la ingesta de proteínas quedó confirmada.

Con el fin de comprobar si en los seres humanos la función muscular también variaba según el momento en que se consumieran las proteínas, se reclutaron a sesenta mujeres de 65 años en adelante, donde se midió su índice muscular esquelético (IME) y la fuerza de su agarre.

Así, las mejores funciones musculares correspondieron con las mujeres que tomaron proteínas en el desayuno en lugar de en la cena, lo que ratifica los resultados. Además, se encontró una relación entre el SMI y las proteínas consumidas en el desayuno, en relación con las ingeridas a lo largo del día.

En la actualidad, los seres humanos consumimos una media de 15 gramos de proteínas en el desayuno, frente a 28 gramos en la cena. Por ello, el profesor Shibata confía en que esta investigación sirva para motivar un cambio en el régimen alimenticio actual.