Un estudio publicado en la revista Hypertension, de la Asociación Americana del Corazón, afirma que los alimentos ricos en flavonoides como las bayas, el vino, las peras o las manzanas producen un efecto positivo en los niveles de presión arterial.

Los flavonoides son compuestos que se dan de forma natural en las frutas, las verduras y los alimentos de origen vegetal. En este sentido, el microbioma del intestino elabora un papel fundamental a la hora de potenciar los efectos cardioprotectoes.

El microbioma intestinal descompone los flavonoides de los alientos; esto ha evidenciado una relación entre la microbiota intestinal, los microorganismos presentes en el tracto digestivo y las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de mortalidad a nivel mundial.

En este sentido, el microbioma intestinal presenta variaciones en aquellas personas que padecen enfermedades cardiovasculares y aquellas que no. Por ello los científicos analizaron la relación entre la variedad del microbioma, la presión arterial y la variedad del microbioma intestinal.

También se estudió de qué manera la variación del microbioma intestinal podría suponer una explicación para la asociación entre la ingesta de alimentos ricos en flavonoides y la presión arterial.

Para realizar el estudio se reclutó a 904 adultos entre los 25 y los 82 años, de los que el 57% de ellos eran hombres, y se analizó la ingesta de alimentos, el microbioma intestinal y la presión arterial de cada uno de los participantes.

Para calcular el consumo de alimentos ricos en flavonoides durante el año anterior se utilizó un cuestionario alimentario autodeclarado donde los participantes indicaban la frecuencia y la cantidad con la que consumían un total de 112 alimentos.

El microbioma intestinal de los individuos se evaluó a través del ADN bacteriano fecal obtenido por muestras de heces. Por su parte, la presión arterial se midió tres veces en intervalos de tres minutos tras un periodo inicial de descanso de cinco minutos, después de una noche de ayuno.

Los resultados evidenciaron que los participantes con mayor consumo de alimentos ricos en flavonoides y mayor diversidad del microbioma intestinal presentaban una presión arterial sistólica menor que aquellos que consumían bajos niveles de alimentos ricos en flavonoides.

Por su parte, la ingesta de 1,6 raciones de bayas al día (equivalente a 80 gramos o una taza) o el consumo de 2,8 vasos de vino tinto a la semana (125 ml de vino por vaso) también reduce los niveles de presión arterial sistólica.

Sin embargo, los futuros ensayos deben tener en cuenta el perfil metabólico de cada participante para estudiar con una mayor precisión las funciones del metabolismo y del microbioma intestinal a la hora de regular los efectos de los flavonoides en la presión arterial.