Para llegar a estas conclusiones, se midieron los niveles de actividad física y los síntomas de infecciones respiratorias en niños de entre cuatro y siete años en la región de la ciudad de Varsovia entre 2018 y 2019.

Los participantes llevaron un brazalete podómetro durante las 24 horas del día durante 40 jornadas para medir sus actividad física y sueño. En paralelo, los padres informaron sobre los síntomas de infecciones de tracto respiratorio superior de sus hijos, tales como tos o estornudos, mediante cuestionarios diarios.

En un segundo cuestionario, los progenitores informaron sobre las vacunas de sus hijos, su participación en actividades deportivas, su exposición al tabaco y al pelo de animales domésticos.

Los autores del estudio descubrieron que, a medida que aumentaba en 1.000 el número medio diario de pasos dados por los niños, disminuía en una media de 4,1 días el número de jornadas con síntomas de infecciones en las vías respiratorias.

Además, los niños que practicaban tres o más horas de deporte a la semana tendían a experimentar menos días con síntomas de infección de las vías respiratorias que los que no practicaban deporte con regularidad.

De esta forma, se asociaron mayores niveles de actividad al inicio del estudio con menos días de síntomas de infección de las vías respiratorias durante las seis semanas siguientes.

Sin embargo, los autores no identificaron asociaciones entre los síntomas de infección de las vías respiratorias superiores y la duración del sueño, los hermanos, las vacunas o la exposición al pelo de animales domésticos o al tabaco.