El Parlamento Europeo recibió entre aplausos a Manuela, una vecina de Orcasitas que ha logrado algo extraordinario, transformar energéticamente casi por completo su barrio, mejorando la vida de unas 2.000 familias y convirtiendo sus edificios en auténticos modelos de sostenibilidad. La parte reformada fue la más antigua de su barrio, la cual tenía demasiados desperfectos causados por el paso del tiempo y se aprovechó su necesidad de reforma para implementar esta novedosa transformación energética.

Todo comenzó en 2018, cuando el derrumbe de una fachada hizo saltar las alarmas. Aquello que podía haberse quedado en un simple incidente se convirtió en una oportunidad. Manuela impulsó una unidad vecinal que decidió actuar unidos y apostar por una rehabilitación integral que hoy es referente internacional.

Los edificios, muchos construidos en los años 80 y algunos jamás reformados, fueron equipados con aislante de alta eficiencia y una envolvente térmica ignífuga, lo que ha permitido convertirlos en edificios de energía casi nula. El cambio se hizo de notar el primer día, las viviendas mantienen 20 grados estables durante todo el invierno, y miles de vecinos apenas pagan 30 euros al mes en calefacción, cuando no llegan directamente a necesitarla.

El proyecto, apoyado por subvenciones del Ayuntamiento de Madrid, ha demostrado que la eficiencia energética puede ir de la mano de la justicia social. Menos gastos, más confort y un barrio que ahora presume de sostenibilidad.

La labor de Manuela ha sido reconocida por múltiples entidades, pero nada fue tan simbólico como verla explicar su experiencia ante la Eurocámara, donde su visión comunitaria y su apuesta por una transición energética inclusiva fueron celebradas como un ejemplo que Europa entera puede seguir.