Durante las últimas décadas se ha descubierto que la restricción calórica a largo plazo aporta beneficios a los animales como menor peso, mejor control del azúcar en sangre e, incluso, una mayor duración de la vida.

Un estudio actual realizado sobre ratones y publicado en la revista Nature Metabolism afirma que, para alcanzar todos esos beneficios, es necesario combinar la restricción calórica con el ayuno.

Los resultados ratifican las pruebas preliminares de que el ayuno puede mejorar la saludde las personas en un momento en el que tendencias como el ayuno intermitente siguen teniendo fuerza. Este estudio se suma al panorama creciente sobre cómo la salud también depende de cuándo y qué comemos, no solo de la cantidad.

Con ello, los científicos descubrieron que, combinado con comer menos, el ayuno reduce la fragilidad en la vejez y prolonga la vida de los ratones. Además, el ayuno por sí solo es capaz de mejorar el azúcar en sangre y el metabolismo del hígado.

Curiosamente, los ratones que comieron menos calorías, pero nunca ayunaron, murieron más jóvenes que los que comieron todo lo que quisieron, lo que sugiere que la restricción calórica por sí sola puede resultar perjudicial para la salud.

Para realizar el estudio, se realizaron cuatro dietas diferentes. Un grupo de ratones comía lo que quería y cuando quería; otro comía una cantidad completa en un periodo corto de tiempo, lo que les proporcionaba un largo ayuno diario sin reducir la ingesta de calorías.

Los otros dos grupos restantes recibieron un 30% menos de calorías, bien una vez al día, bien dispersas a lo largo de la jornada, de manera que algunos ratones tenían un largo ayuno diario, mientras que otros comían la misma dieta reducida en calorías sin ayunar.

Con todo ello, se observó que muchos de los beneficios inicialmente asociados a la mera restricción calórica requerían, también, del ayuno. En este sentido, los ratones que redujeron su ingesta de calorías sin ayunar no experimentaron beneficios.

Por su parte, el ayuno por sí solo, sin reducir la cantidad de alimentos ingeridos, resultó tan efectivo como la restricción calórica con ayuno, de manera que permitió mejorar la sensibilidad de la insulina y reprogramar el metabolismo para usar las grasas como fuente de energía; también mejoró el metabolismo del hígado de los ratones.

A pesar de que los ratones que comieron menos caloríassin ayunar nunca mostraron una mejora en el control de la glucemia, también murieron más jóvenes. Frente a los que comieron menos y ayunaron, los que solo comieron menos murieron 8 meses antes de media.

Con todo ello, esta investigación evidencia la complejidad de realizar estudios sobe la dieta, incluso en un laboratorio, de manera que la dificultad incrementa al traspasarla a los humanos, donde el nivel de control no es el mismo que en los animales.