Los expertos recomiendan que los niños coman dos raciones de verduras al día pero esto, en muchos casos, no suele ocurrir. A muchos peques no le gustan las verduras, se niegan a comerlas y generan muchas rabietas y conflictos en casa.

Pero puedes ayudar a que tus hijos acepten estos alimentos, puesto que le aportan multitud de nutrientes que contribuyen en su crecimiento.

Lo más importante es servir de ejemplo al pequeño. Si vuestro hijo ve que coméis verduras como parte de vuestro día a día, no las rechazará sino que los tomará como algo normal.

También es importante que el niño se involucre en distintos procesos como la selección de alimentos. El peque puede descubrir en la sección de verduras de supermercados una gran variedad de colores que querrán elegir.

Un estudio de la Universidad de Granada ha demostrado que permitir a un niño la elección libre de la verdura que va a comer, aumenta hasta un 80% el consumo de estos alimentos.

Tras la compra, ¡a cocinar! Haz que tu hijo se convierta en un pequeño chef y cree sus propios platos. De esta forma, querrá probar lo que ha cocinado.

Incluso, podéis ir un paso más allá creando vuestro propio huerto en casa, con hortalizas y verduras ecológicas.

A la hora de comer, presentad a vuestros hijos platos creativos y divertidos que le inviten a comer. Por ejemplo, podéis hacer versiones de las comidas que le gustan como brochetas o pasta vegetales, o crear paisajes y personajes colocando estos alimentos de cierta forma en el plato.

Por último, los expertos recomiendan no premiar a los hijos con dulces o helados en el postre si se comen las verduras. El pequeño debe entender que come estos alimentos para crecer fuerte y sano.