¿Dónde están las fuentes de esta diversidad?

Se sabe que una parte importante del microbioma materno se transfiere al bebé en el momento del nacimiento y lo mismo ocurre durante el periodo de lactancia a través de la leche materna. Aún no se habían descubierto más fuentes, pero el equipo dirigido por Wisnu Adi Wicaksono y Gabriele Berg del de la TU Graz, ha logrado demostrar que los microorganismos vegetales de frutas y verduras y su nivel de consumo, contribuyen al microbioma humano y la cantidad de bacterias asociadas al intestino. Durante los primeros tres años de vida, en particular, se produce una primera colonización con bacterias asociadas a plantas, donde se fortalece el sistema inmunológico. También se demostró que los microorganismos de origen vegetal tienen propiedades probióticas promotoras de la salud "por primera vez se ha demostrado que los microorganismos de frutas y verduras pueden colonizar el intestino humano, explica el primer autor Wisnu Adi Wicaksono.

Un microbioma es el conjunto de todos los microorganismos que colonizan un macroorganismo (humano, animal, vegetal) o una parte de él, por ejemplo el intestino o un fruto. Si bien los microbiomas individuales se comprenden mejor, se sabe poco sobre sus conexiones. Incluso después de nuestros primeros años de infancia, una buena diversidad de bacterias intestinales es beneficiosa para la salud, nos hablan de "la resiliencia": "Simplemente influye en todo. La diversidad influye en la resiliencia de todo el organismo; Una mayor diversidad implica más resiliencia", añade la directora del Instituto, Gabriele Berg.

Para poder determinar estos resultados, el equipo primero creó un catálogo de datos de microbiomas que les permitió asignar sus bacterias. Los compararon con datos disponibles públicamente de dos estudios sobre la flora intestinal. El proyecto TEDDY examinó el desarrollo de los bebés en un estudio a largo plazo y el American Gut Project estudió el microbioma intestinal de los adultos; ambos proyectos también recogieron datos sobre la ingesta de alimentos de las personas sometidas a la prueba. En total, los investigadores disponían de datos del metagenoma de unas 2.500 muestras de heces, cada una contenía entre uno y diez millones de secuencias. Utilizando este extenso conjunto de datos, se pudo demostrar la presencia de microflora de frutas y verduras en el intestino.

La OMS, vincula estrechamente la salud humana, animal y ambiental

Dentro del proyecto HEDIMED se está trabajando en un estudio de intervención en el que personas de tres continentes comen exactamente lo mismo durante un cierto período de tiempo, tras el cual se analizan sus excreciones. Pero más allá de eso, Gabriele Berg ve muchos ámbitos en los que se podría influir a partir de los resultados del estudio. Esto comienza con la producción de alimentos, ya que el suelo, los fertilizantes y los pesticidas afectan el microbioma de las plantas. "Las frutas y verduras frescas siempre tendrán el mejor microbioma. Las empresas agrícolas o procesadoras ya tienen una gran influencia aquí", además añade "hay que reconsiderar críticamente el almacenamiento y el procesamiento de los alimentos", explica.

Quizás en un futuro, y dependiendo de los resultados del estudio planificado, podrían surgir interesantes aplicaciones para particulares. Apuntan a que cada fruta y verdura tiene un microbioma único, lo que supondría que tal vez, en algún momento, se pueda elaborar una dieta personalizada basada en ello.