Es preferible optar por aquellos pescados que se crían de forma libre, aunque los pescados de piscifactoría también son una buena opción debido a los controles de bacterias que se realizan en estos entornos.

El pescado en nuestra salud

El pescado es una excelente fuente de grasas saludables como el omega-3, que no se encuentra en muchos otros alimentos excepto en las semillas de lino y chía. El omega-3 tiene efectos antiinflamatorios, regula el colesterol, y proporciona antioxidantes y muchas vitaminas.

Pescado fresco
Pescado fresco | Pixabay

La población española tiende a consumir muchos lácteos y carnes rojas, que contienen omega-6, contribuyendo a la inflamación, el colesterol alto y la hipertensión. Incluir más pescado en nuestra dieta puede ayudar a contrarrestar estos efectos. Es recomendable consumir pescado blanco similar al pavo o el pollo, al menos tres veces por semana. Deberíamos priorizar el consumo de legumbres, huevos y pescado sobre la carne. Sin embargo, es importante evitar pescados azules como el pez espada y el atún debido a sus altos niveles de mercurio.

Cómo saber si un pescado está fresco

Para asegurarse de que el pescado es fresco, hay varios aspectos a considerar:

  • Color: El pescado debe tener un color rojizo. Si muestra tonos verdes o azulados, no está fresco.
  • Brillo: Debe tener un brillo metálico, como un reflejo en su superficie. Si no lo tiene, ha perdido frescura.
  • Olor: El olor no debe ser parecido al amoníaco. Un olor fuerte y desagradable indica que no es fresco.
  • Escamas: Las escamas deben ser brillantes y estar fuertemente unidas a la piel.
  • Branquias: Las branquias deben ser de color brillante y rojo.
  • Carne: La carne debe estar firme y ser de color blanco. Las escamas deben estar unidas a la carne, y el abdomen no debe estar ni muy hinchado ni muy hundido, ni presentar manchas.
  • Ojos: Los ojos deben ser transparentes y no amarillentos.

Hoy en día, se realizan controles para detectar anisakis en el pescado. Para prevenir la contaminación, es ideal congelar el pescado al menos 5 días a -20 grados. También es importante lavar bien el pescado para evitar que las larvas entren en la fibra.