Estas alteraciones que se producen en nuestra salud digestiva durante el verano se traducen en problemas gastrointestinales como estreñimiento, diarrea, acidez, reflujo gastroesofágico o indigestiones.

Para prevenir su aparición, los alimentos ricos en fibra y las frutas y verduras deben aparecer en nuestra dieta, sin renunciar por ello a disfrutar de la gastronomía local. De igual modo, tampoco se debe dejar de practicar ejercicio con cierta frecuencia, pues, en verano, siempre es posible ir a pasear por la playa o el monte, nadar o, incluso, comenzar una nueva actividad deportiva para la que antes no se tenía tiempo.

Nuestro sistema digestivo puede verse afectado si probamos nuevas gastronomías, si cambiamos de clima o si alteramos nuestros horarios de sueño y comidas. Además, viajar a un país exótico incrementa estas posibilidades de alteraciones digestivas.

Otra de las amenazas en verano para nuestra salud digestiva es contraer una intoxicación alimentaria por consumir alimentos en mal estado o agua (y hielo) no potabilizada y sufrir la conocida como diarrea del viajero, un problema que aparece cuando se viaja a países con condiciones higiénicas precarias y que está provocado por una bacteria, virus o parásito.

Por lo general, en la mayoría de los casos no es una situación grave, pues el cuerpo acaba acostumbrándose a las nuevas condiciones ambientales, pero puede fastidiar fácilmente nuestras vacaciones.

Consejos para cuidar la salud digestiva en verano

Para evitar problemas digestivos de este tipo durante las vacaciones, es aconsejable seguir tomando frutas y verduras en abundancia, pues el estreñimiento suele ser un compañero habitual de viaje. Por ello, en lugar de relajar la dieta, hay que tratar de consumir más alimentos ricos en fibra como las frutas y verduras, salvo que se viaje a un país con medidas de higiene dudosas.

Mantener los horarios regulares de comidas es recomendable, debido a que contribuye a que la interrupción de las condiciones ambientales y las rutinas habituales no sea tan abrupta, lo que facilitará al sistema digestivo adaptarse a los cambios.

La pandemia produce alteraciones en el sueño
La pandemia produce alteraciones en el sueño | Pixabay

Se deben evitar las comidas copiosas y la excesiva ingesta de grasa pues, aunque en verano son comunes las celebraciones y las comidas largas y con abundancia de grasas, se debe procurar compensarlas con una cena ligera. El calor y las comidas al aire libre también son fuente de posibles intoxicaciones alimentarias.

Comidas sanas
Comidas sanas | Pixabay

La actividad física, por su parte, no debe ser abandonada. Si no es posible continuar con el ejercicio habitual, hay que tratar de practicar el deporte o actividad que permita la zona donde se disfruta de las vacaciones: desde un paseo por la playa, correr al aire libre hasta recurrir al gimnasio del hotel. De esta manera, se contribuye a un mejor tránsito intestinal y a un mejor balance entre ingesta y consumo de energía sin volver a casa con kilos de más.

Realizar 30 minutos al dia de actividad fisica puede reducir un 16 el riesgo de muerte
Realizar 30 minutos al dia de actividad fisica puede reducir un 16 el riesgo de muerte | Sinc

Beber líquido de manera abundante, al menos dos litros de agua al día, mantiene el organismo hidratado y ayuda a hacer frente al calor y a evitar problemas intestinales como el estreñimiento. Se aconseja que el agua sea embotellada y se eviten las bebidas con hielos. El café y las infusiones se pueden tomar porque se elaboran con agua hervida previamente.

Lo mismo beber agua helada no es tan buena idea.
Lo mismo beber agua helada no es tan buena idea. | Pixabay

También se aconseja no tomar frutas sin pelar en los países en vías de desarrollo, ni tampoco ensaladas, verduras y carnes o pescados crudos o poco cocinados. Igualmente, se debe evitar el marisco, mayonesas, cremas y leche o derivados que no ofrezcan garantías sanitarias suficientes y restringir el consumo de productos de pastelería y helados, porque su conservación puede no ser la apropiada.

Estaría bien incluir en el botiquín antidiarreicos y laxantes, consultando al farmacéutico o médico de cabecera sobre cuáles serían los más adecuados para cada viaje, y no abusar del alcohol, pues su consumo retrasa la digestión, incrementando la posibilidad de acidez y pesadez, además de ser una fuente de calorías en grado elevado.

De popularizarse, los fármacos se podrán tomar sin riesgos de que afecten al cuerpo humano a la vez que curan
De popularizarse, los fármacos se podrán tomar sin riesgos de que afecten al cuerpo humano a la vez que curan | Pixabay

Por último, es altamente aconsejable consultar en el centro de vacunación internacional de tu comunidad autónoma, con al menos un mes de antelación, la necesidad de vacunarse si se viaja a un país exótico. Entre las vacunas aconsejadas para muchos destinos se suelen encontrar la de hepatitis A o la fiebre tifoidea, ambas transmisibles por alimentos o agua y, según el destino, la de cólera.