La desinformación sobre el destino de los residuos representa un obstáculo clave para fomentar hábitos sostenibles entre la ciudadanía. El último sondeo realizado para SIGRE, entidad sin ánimo de lucro encargada de garantizar la correcta gestión medioambiental de los medicamentos y sus envases, destaca que un 81% de los ciudadanos españoles sesiente desmotivado para reciclar al no conocer qué ocurre con los residuos una vez depositados. Esta inquietud se suma a otras dudas sobre el proceso de reciclaje que, en conjunto, frenan la participación ciudadana en estas prácticas fundamentales para el medio ambiente.
Con el objetivo de aumentar la transparencia y la confianza de la población, SIGRE ha implementado códigos QR en sus puntos de recogida, 'Puntos SIGRE'. Estos códigos redirigen a una página informativa donde los usuarios pueden consultar cómo se gestionan los residuos farmacéuticos.
En este proceso, la distribución farmacéutica juega un papel crucial, ya que almacena los residuos en sus instalaciones para luego trasladarlos a la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos. Allí, tecnologías como la inteligencia artificial se aplican en la separación y clasificación, permitiendo reciclar casi el 70% de los envases recogidos.
Los materiales que no pueden ser reciclados, así como los restos de medicamentos, no se desechan sin más: se aprovechan como fuente de energía alternativa, evitando el uso de combustibles fósiles.
Miguel Vega, director general de SIGRE, recalca la importancia de la implicación ciudadana en este proceso. “La separación en los hogares es un gesto imprescindible para el proceso de reciclado. Es fundamental fomentar la cultura del reciclaje entre la ciudadanía”, afirma. La labor informativa y educativa se convierte así en un eje estratégico para mejorar las tasas de reciclaje y avanzar hacia una sociedad más sostenible.