El blanqueamiento masivo, los ciclones y el calentamiento del agua provocan un retroceso sin precedentes en este ecosistema único. Así lo recoge un informe del Instituto Australiano de Ciencia Marina, tras analizar 124 arrecifes entre agosto de 2024 y mayo de 2025. Los científicos alertan de que el ecosistema podría estar acercándose a un punto de no retorno.
La Gran Barrera de Coral, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1981, es uno de los ecosistemas marinos más ricos del planeta. Alberga más de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y unas 4.000 variedades de moluscos.
Caída histórica en todas las zonas
El informe detalla un retroceso generalizado en las tres regiones de la barrera. La zona sur ha perdido un 30,6 % de coral respecto al año anterior, la norte un 24,8 %, y la central un 13,9 %. En algunos puntos, como cerca de la isla Lizard, las pérdidas alcanzan hasta el 70,8 %.
Se trata de la mayor disminución anual de cobertura coralina registrada en los últimos 39 años. Los expertos atribuyen esta pérdida principalmente al blanqueamiento masivo de corales registrado en 2024, que se ha visto agravado por dos ciclones ocurridos en diciembre de 2023 y enero de 2024. Sin contar con las inundaciones de agua dulce.
La presencia de la estrella de mar corona de espinas, una especie que se alimenta del coral. El blanqueamiento se produce por el estrés térmico del agua, con temperaturas entre 1 y 2,5 ºC por encima de la media durante el verano austral de 2025.
Blanqueamiento más frecuente y severo
Este es ya el sexto episodio de blanqueamiento masivo desde 2016. En décadas anteriores era un fenómeno raro, pero se ha vuelto cada vez más frecuente conforme se agrava la crisis climática.
El tiempo entre eventos extremos se reduce, lo que impide que los corales se recuperen por completo. Según el informe, esto hace que “la pérdida de biodiversidad parezca inevitable”.
El riesgo de no poder recuperarse
Los investigadores alertan de que el ecosistema podría sufrir consecuencias negativas irreversibles, si no se actúa con rapidez. La recuperación natural del coral requiere años, pero los impactos se están sucediendo a un ritmo cada vez mayor.
El estudio reclama más investigación sobre resiliencia coralina y una mayor ambición en las políticas climáticas, especialmente en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Su deterioro ha llevado a que se valore en varias ocasiones su inclusión en la lista de Patrimonio en peligro. Protegerla es clave para la biodiversidad marina y para la lucha global contra el cambio climático.