La medida de introducir tapones no desprendibles en las botellas de plástico, enmarcada dentro de la Directiva Europea 2019/904, tuvo como finalidad reducir los residuos contaminantes, que terminan en mares y océanos, donde el 80% de los desechos de plástico son de un solo uso. Sin embargo, ahora se ha establecido que a partir de enero de 2025, las botellas incorporarán un cambio significativo en su composición.
La Comisión Europea ha explicado que los tapones de plástico, aparecen en los desechos marinos tres veces más que las botellas. Por lo que, el uso de los tapones adheridos se planteó como una promoción del reciclaje y un paso importante hacia la sostenibilidad.
Los cambios en la composición de las botellas de plástico
Tras aprobar la Directiva Europea 2019/904 el 5 de junio de 2019, las botellas de plástico que están fabricadas con tereftalato de polietileno (PET), deben tener un 25% de plástico reciclado como mínimo a partir de 2025. Esto será obligatorio para todas las botellas comercializadas en los Estados miembros.
Con esta medida, se espera fomentar una economía circular más sostenible. Además, a partir de 2030 el porcentaje de plástico reciclado aumentará al 30%.
A esto se suman, los requisitos de cara a realizar una recogida separada de residuos de plástico de un solo uso. Con la intención de seguir el artículo 9 de la normativa, que busca garantizar que para 2025, al menos el 77 % en peso de los productos de plástico de un solo uso sean recogidos de forma separada.
Esto en 2029 tendrá que aumentar al 90%, lo que servirá para llevar una gestión más sostenible de los residuos plásticos.