El Gobierno portugués ha tomado una decisión rotunda, a partir del próximo curso, los móviles estarán completamente prohibidos en los colegios para los alumnos de primaria(de 6 a 12 años), tanto en centros públicos como privados. Esta medida responde a los efectos positivos observados en las escuelas donde ya se había implementado una restricción parcial o total. Según los datos obtenidos, más de la mitad de los centros que optaron por vetar los teléfonos vieron una mejora en la socialización y una disminución significativa del acoso escolar. Los estudios apuntan a que esta restricción ha reducido la violencia y ha favorecido interacciones más saludables entre los estudiantes, lo que refleja un cambio hacia un ambiente más equilibrado y menos conflictivo.
Mejora de la concentración y el clima social en Países Bajos
Países Bajos ha seguido un camino similar, y desde enero de 2024 ha implementado una prohibición nacional de dispositivos móviles, relojes inteligentes y tabletas en las aulas de educación básica. Los resultados del estudio encargado por el gobierno neerlandés, realizado por el Instituto Kohnstamm, indican mejoras notables en la concentración de los estudiantes y el rendimiento académico, especialmente en la educación secundaria. Además, el 59% de la comunidad educativa ha reportado un clima social más positivo desde que la medida entró en vigor.
Un cambio global y el crecimiento de políticas restrictivas
La UNESCO estima que el número de países con políticas para limitar el uso de smartphones en las aulas ha aumentado significativamente, pasando de 60 en 2023 a 79 en 2025. Esto refleja una tendencia global a repensar cómo la tecnología puede afectar a la educación y cómo la regulación del uso de dispositivos puede mejorar la experiencia escolar. Aunque las preocupaciones sobre el papel de la tecnología en el aprendizaje siguen siendo válidas, las políticas que prohíben los móviles en las aulas se están multiplicando en diversos países, lo que podría marcar el inicio de una nueva era educativa.
¿Un modelo replicable?
A medida que más países adoptan políticas para regular el uso de los dispositivos móviles en las aulas, surge la pregunta: ¿serán Portugal y Países Bajos pioneros en un cambio global de paradigma? Si bien los beneficios observados en cuanto a la reducción del acoso escolar, el aumento de la socialización y la mejora de la concentración son claros, también es necesario reflexionar sobre el papel que la tecnología sigue jugando en la educación. ¿Cómo encontrar el equilibrio adecuado entre permitir el uso de tecnología para el aprendizaje y evitar sus efectos negativos?
La clave puede estar en una regulación más estricta y en un uso consciente de los dispositivos, asegurando que los beneficios de la digitalización sean aprovechados sin comprometer el bienestar y el rendimiento de los estudiantes. En última instancia, los países deben encontrar su propio camino para integrar la tecnología en la educación de manera responsable, asegurando que sea una herramienta que potencie, más que perjudique, el proceso educativo.