Para poder disfrutar de los beneficios del consumo de café, lo primero que hay que tener en cuenta, es que debe ser un café de tueste natural y sin edulcorante adicional.

Y es que el componente más popular del café es la cafeína y esta no afecta de la misma manera a todo el mundo, al igual que no todo el mundo tiene la misma sensibilidad a la misma. La cafeína tiene más de dos mil sustancias y a nivel nutricional tiene una serie de beneficios para la salud que no se contemplan.

Sus posibles beneficios

El café tiene propiedades antioxidantes y terapéuticas, entre otros puntos, gracias a los ácidos clorogénicos y a otros compuestos fenólicos, lo que lo convierte en la fuente de antioxidantes más común de la dieta a nivel global. Pero solo se vuelve beneficioso para quienes hacen un uso moderado del café, en torno a tres-cuatro tazas de café al día.

Otra familia de compuestos dentro del café son las ‘melanoidinas’, y estas se generan durante el proceso de tostado, que junto a otros compuestos con efecto fibra participan en la modulación de la microbiota intestinal y pueden favorecer la regulación del colesterol.

Del mismo modo, el café puede ser una fuente de hidratación saludable porque contiene nutrientes y firocéuticos, pero debe tomarse sin adicionar edulcorante ni otros alternativos.

Entre sus micronutrientes, el café contiene magnesio, así como una baja concentración de sodio y una interesante concentración de potasio, el cual tiene un efecto positivo en la salud cardiovascular.

Un consumo moderado del café puede reducir patologías crónicas como la diabetes en personas sanas. Las propiedades antidiabéticas se asocian a los ácidos clorogénicos y pueden aumentar la longevidad. Junto al alcohol y al tabaco, los médicos solían prescribir también la eliminación del café, porque se pensaba que podía tener un efecto carcinogénico por culpa de estudios científicos mal realizados. Actualmente, las evidencias científicas apuntan claramente sus beneficios en individuos sanos.

Durante el proceso del tostado del grano de café se forman determinados compuestos que presentan un efecto fibra y que pueden tener un efecto positivo en la microbiota intestinal, la salud gastrointestinal, así como el eje cerebro-intestinal. Los estudios relacionados a esto aún son preliminares.

El consumo de café tiene propiedades neuroprotectoras y, según los estudios realizados hasta la fecha, el consumo moderado o alto de café disminuye el riesgo de padecer o de retrasar la aparición de enfermedades como el Parkinson y Alzheimer. Estos efectos se atribuyen a su principal compuesto: la cafeína, pero hacen falta más estudios ‘in vivo’ para conocer qué compuestos son los responsables de ese efecto neuroprotector.

Del mismo modo, la cafeína mejora el rendimiento físico mejorando la resistencia aeróbica, la fuerza muscular, la resistencia, la potencia, el rendimiento de salto y la velocidad. Consumir dos tazas de café antes del ejercicio tienen el mismo efecto que la suplementación con cafeína aislada.

Su relación con el sueño

En el café puede haber melatonina, pero todo depende de la sensibilidad de cada uno a la cafeína. Por eso hay personas que pueden tomarse perfectamente un café antes de irse a dormir o que incluso les ayuda a ello.

Por su parte, el café descafeinado cuenta con una muy baja concentración de cafeína y de nuevo dependería del grado de sensibilidad del individuo en concreto, aunque no debería ser un problema.

¿Los niños pueden tomar café?

No existe una edad idónea para iniciar el consumo del café y la decisión es personal y depende en muchos caso de cuestiones culturales. Sin embargo, la dosis diaria recomendada para embarazadas y niños es de 200 miligramos, y de manera general, es seguro y así está avalado por las organizaciones reguladoras.

En el caso de muchos países de Latinoamérica dedicados al cultivo del café, este es una bebida para todos, incluido los niños y por tanto la decisión de introducir o no el café en la dieta es parental, siempre y cuando se tenga en cuenta el requerimiento de que su ingesta diaria no puede superar los 200 miligramos.