El sector del olivar no solo nos da el preciado aceite de oliva español, sino también un residuo líquido altamente contaminante: las aguas procedentes de las almazaras. Pero un equipo de investigación de la Universidad de Jaén (UJA) ha conseguido dar un giro de 180 grados a este problema, impulsando una economía circular que convierte el desecho en un recurso de alto valor para nuestra sociedad.

Investigadores del Departamento de Ingeniería Química, Ambiental y de los Materiales de la Universidad de Jaén han logrado obtener biomasa a partir de una microalga cultivada precisamente en estas aguas residuales. Esta biomasa no solo descontamina los vertidos, sino que se enriquece con compuestos esenciales como carbohidratos, proteínas y lípidos, abriendo un abanico de posibilidades en la industria energética, agrícola y cosmética de nuestro país.

El Secreto, como una Microalga "Todoterreno"

El estudio, publicado en la revista Engineeringin Life Sciences, se centró en la microalga 'Neochloris oleoabundans', un microorganismo especialmente resistente y capaz de prosperar en entornos hostiles.

Los científicos aprovecharon la carga contaminante de los vertidos provenientes del sector del olivar como una fuente de nutrientes esencial para el crecimiento controlado de la microalga. Para optimizar el proceso, mezclaron estas aguas con una pequeña proporción de agua residual urbana abundante en nitrógeno y fósforo inorgánicos obtenida de la Depuradora de Mengíbar.

El resultado es abrumador: el proceso no solo redujo drásticamente los principales compuestos nocivos de las aguas de almazara (entre un 66 % y un 94 %), sino que el agua resultante logró una calidad adecuada para su posible reutilización, para el riego de los cultivos.

Biocombustibles y Biofertilizantes

Mientras descontaminaba, la microalga acumuló cantidades significativas de bioproductos de gran interés industrial:

  • Lípidos: Hasta un 51 %, ideales para la producción de biocombustibles como el biodiésel o el bioetanol.
  • Carbohidratos: Obteniendo un 56 %, otro componente clave para la energía renovable.
  • Proteínas: Aproximadamente de un 50 %, aprovechables para el desarrollo de biofertilizantes o incluso para la alimentación animal.

La investigadora de la Universidad de Jaén, María Lourdes Martínez-Cartas, coautora del estudio nos explica que han impulsado la economía circular, so solo en el sector del olivar, sino en el de cualquier cultivo, ya que el agua podría verterse a los caudales fluviales sin alterar el medio de riego.

El gran objetivo que se presenta es que este innovador proceso se implemente a gran escala para que las almazaras puedan beneficiarse de estas innovaciones, creando nuevas líneas de negocio que funcionen en paralelo a la producción de aceite. Se trata, sin duda, de dar una nueva vida al agua, un bien cada vez más escaso en la región andaluza.