Todos los años en Sevilla se tiran en torno a seis millones de naranjas amargas a la basura. Naranjas que podemos ver diariamente en los árboles que decoran la capital andaluza y que no tienen ninguna utilidad. De hecho, estas naranjas generan algunas complicaciones pues muchas provocan accidentes en los peatones que terminan resbalándose al pisarlas, o intentan comerlas pero realmente no son muy saludables.
Unos estudiantes de la UDIT e integrantes del grupo @feel.the.peel pensaron en la posibilidad de aprovechar estos residuos naturales para darles un uso y se les ocurrió fabricar unos abanicos, muy necesarios en la capital andaluza durante el verano. Se trata de un proyecto que aúna sostenibilidad, identidad cultural y economía circular. Un variado grupo de estudiantes en el que cada uno ha aportado sus conocimientos para lograr este biomaterial que se ha presentado en el Museo MOMA de Nueva York siendo finalista de la plataforma Biodesign Challenge.
El nombre de este material, que todavía está en desarrollo, es Biopeel y en el futuro podría aplicarse a otros productos.