El sabor característico del jengibre sirve para añadir un pequeño toque picante a modo de especia en polvo, pero también, para crear distintas combinaciones, si hacemos uso de la planta como ingrediente principal.

En cuanto a sus beneficiosas facultades, tomar de forma periódica una taza de infusión de jengibre, que no supere los 250 mg de este ingrediente, o consumir de forma directa esta planta, tanto cruda como cocida, supondrá distintas mejoras para nuestra salud.

Tomar jengibre puede ayudarnos a reducir cualquier tipo de mareos o nauseas, aunque en caso de mujeres embarazadas, si bien no se ha confirmado que pueda ser perjudicial, se recomienda consultar antes a un especialista. También se trata de un elemento que favorece la digestión y ayuda en este proceso a eliminar bacterias y microorganismos intestinales perjudiciales. Además, ayuda a mejorar la composición de la flora intestinal.

Por otra parte, este tallo es muy útil también a la hora de combatir resfriados y gripes; y como antinflamatorio o antioxidante. Su alto contenido en magnesio, calcio y fósforo lo convierte también en un remedio contra la debilidad muscular.

No obstante, tomar demasiado jengibre puede provocar efectos perjudiciales, como un aumento del sangrado durante la menstruación, debido a su efecto anticoagulante. Esto también puede afectar a enfermedades relacionadas con el flujo sanguíneo, por lo que no es recomendable un elevado consumo de jengibre en personas con afecciones del corazón.