Más que evitar incendios, este estudio busca reducir la severidad, limitar sus daños y facilitar la recuperación del territorio. “Los incendios seguirán ocurriendo, pero podemos diseñar paisajes que convivan mejor con ellos, que frenen su propagación y se recuperen antes”, afirma Guillermo Palacios, líder de la investigación.
Nueva herramienta digital
La investigación contempla los escenarios climáticos previstos dentro de 30, 40 o 50 años, un aspecto clave en la gestión forestal. También trabaja en el desarrollo de una herramienta digital que analiza cómo se han comportado los incendios en distintos entornos durante las últimas décadas. Esta herramienta busca traducir los datos en recomendaciones concretas, como la creación de parches de vegetación con distintas características de combustibilidad o la introducción de especies que favorezcan una regeneración eficiente tras el fuego.Además, el estudio pretende detectar patrones que permitan evaluar el grado de resiliencia de un paisaje mediante modelos de aprendizaje automático, a partir de datos geográficos, ecológicos, sociales y económicos. “No es fácil definir qué es un paisaje resiliente porque para un ingeniero gestor forestal es el que resiste el fuego y se regenera rápido tras un incendio, pero para un habitante local puede ser el que le permita mantener su sustento de vida y, para un gestor público, el que tenga mayor valor paisajístico o turístico", señala Palacios. Todos esos puntos de vista deben estar reflejados en el índice y su herramienta de cálculo y cartografía.
Impacto social y económico
El índice incorpora también factores sociales y económicos como la accesibilidad, los caminos de acceso, la proximidad de la población, los usos del suelo o la disponibilidad de medios de extinción. Aunque el ahorro económico que genera esta herramienta es difícil de calcular, los costes de un incendio van más allá, afectando al agua, las emisiones de carbono, el paisaje, el turismo, la recolección de productos silvestres y la seguridad de las personas.Esta investigación forma parte del proyecto Refloresta, cofinanciado por Interreg POCTEP y FEDER una colaboración transfronteriza entre entidades de España y Portugal, que reúne administraciones, universidad, empresas y asociaciones forestales.